Arrastramos nuestras vidas,
carentes de plenitud,
construimos complejos castillos,
creyendo sentir poder,
nos distraemos en absurdos juegos,
llamándole libertad,
elegimos no elegir,
sucumbimos a seguir.
Siguiendo no hay belleza,
tampoco libertad,
siguiendo hay solo muerte,
miedo, y moralidad.
Siguiendo, la plenitud desaparece,
se transforma en autoengaño,
se opaca, se apaga,
se vuelve imagen, cuadro.
Siguiendo, la plenitud es complacencia,
es servilismo, es éxito,
es ser parte, es ser nada,
es morir, es ser instrumento.
Plenitud es libertad,
es conmoción, es belleza,
es entrega, es éxtasis,
es abandonarse, es selva.
Plenitud es estar contigo,
es tu piel, es tu delirio,
es tu orgasmo,
arrancando el mío.
Plenitud es esa explosión,
es también, este alivio,
es esta paz, este respiro,
es este descansar unidos.
Plenitud es el silencio,
de los cuerpos humedecidos,
plenitud es tu mirada,
es tu brillo y el mío.