martes, 9 de diciembre de 2014

Dudo


No soy un convencido,
sobre el sentido de la vida,
no sé si es necesario,
o es parte del engaño.

Es dulce encontrar un riel,
y transitar por él.
Aunque dudo haya libertad,
quizás sí, felicidad.

No soy un convencido,
de esa felicidad,
ese alegre transitar,
buscando la meta alcanzar.

Dudo, solo dudo,
siento que es irreal,
no logro comprobar,
que sea felicidad.

Quizás aún no alcanzamos,
felicidad en libertad,
quizás nos ahoga imaginar,
un total y espontáneo estar.

jueves, 22 de mayo de 2014

Mi Cuerpo


Mi cuerpo,
tirado, solo,
solo en la oscuridad,
quieto, intranquilo, algo tenso,
movedizo, consciente, incómodo,
despierto, por horas, despierto,
tirado, sobre las sábanas,
suaves, confortables, bellas,
más solo, una piel artificial.

Mi cuerpo,
mi instrumento en este mundo,
único, lejano, solitario,
abandonado, hambriento, perdido,
añorando viejos placeres,
sufriendo nuevos dolores,
envejeciendo, muriendo mientras respiro.

Mi cuerpo,
descansando en un lecho vacío,
sin recibir gran estímulo.

Mi cuerpo,
uno más en un infinito enjambre,
de este infierno de mundos perdidos,
esta ausencia de universos distantes,
apiñados en fríos castillos.

Mi cuerpo,
entiende de caricias,
de placer, de sexo, de gritos,
sabe de pasión,
de besos, miradas, y gemidos,
conoce de fusión,
de abrazo, de interacción,
de otros cuerpos y el mío.

Mi cuerpo,
no conoce de razones,
ni de pudores, ni de prohibidos.
Él es directo,
solo busca,
tu placer y el mío.

Mi cuerpo,
no elabora estrategias,
ni busca conquistas,
ni sigue caminos,
es más, se siente fastidiado,
por esos absurdos laberintos,
en donde pretenden sumergirlo.

Mi cuerpo,
es sabio, no está distraído,
él vive ahora,
sin ayer,
y sin destino.

Mi cuerpo,
está atrapado,
en una red sin sentido,
en el mundo de la mente,
del trabajo, y del tuyo y mío,
en el mundo de la escasez,
del sacrificio y el hastío,
que es igual al de la opulencia,
la vanidad, y el superficialísimo.

Mi cuerpo,
aborrece este mundo,
y también desprecia,
hasta sus mejores utopías,
él sabe que no hay salida,
ni en las más bellas teorías.

Mi cuerpo,
sabe que la clave está,
en su misma corporeidad,
en la consciencia de ser lo único real,
en esta maraña de irrealidad.

Mi cuerpo,
busca otros cuerpos,
es lo único que puede encontrar,
de sus juegos, su interactuar,
recién pueda quizás alcanzar,
cierta espiritualidad.

Mi cuerpo,
busca otros cuerpos,
busca placer, busca amar,
y de esa red, en esa armonía grupal,
recién pueda quizás alcanzar,
cierta humanidad.

Mi cuerpo,
sigue despierto,
consciente,
solo,
transpirado,
exhausto de tanto soñar.

Mi cuerpo,
pronto se dormirá,
y el inconsciente lo deleitará,
con una noche intensa,
de sabroso bacanal.

martes, 8 de abril de 2014

Tormenta

Llueve, truena,
sobre mi alma solitaria.
Ella deambula, desorientada,
sin encontrar cobijo.

Lluvia espesa,
cortina tras cortina,
gélidas paredes,
que empañan, que dividen.

Rayos de muerte,
que acechan e iluminan.
Caen allí, caen allá,
aún no caen aquí.

El mundo en movimiento,
miserable y hostil.
Mi bote a la deriva,
apenas un remo, y a mí.

Su luz puede ser la muerte,
o el faro a seguir.
En la oscuridad sobrevivimos,
aun siendo un lento morir.

El próximo rayo ansiamos,
quienes elegimos vivir,
así nos mate, o nos indique,
la dirección a seguir.

En la oscuridad remamos,
bajo la lluvia vil,
entre monstruos y sirenas,
que enturbian el discernir.

En la vida navegamos,
una tormenta sin fin.
También podemos ocultarnos,
y tan solo sobrevivir.

O navegar a mar abierto,
y arriesgarnos a morir,
ahora, hoy, mañana, o quizás
con suerte, algunos años vivir.

Solo bajo los rayos,
podemos vivir.
Solo de su luz,
nos podemos nutrir.

Flashes fugaces,
sabiduría para discernir,
certeza absoluta,
sobre el camino a seguir.

Oscuridad casi eterna,
miedo desgarrador,
demonios de la psique,
dudas, indecisión.

Espera cada próximo rayo,
absorbe ese mágico instante,
luego, ten coraje y rema,
ya está su luz en ti.

Rema,
con calma, rema.
Rema,
hasta morir.

Rema,
que solo remando,
habrás experimentado,
lo que es vivir.

viernes, 21 de febrero de 2014

Cemento, acero, y vidrio.



Estoy en una caja,
de cemento, acero, y vidrio.
Consciente en una caja,
de cemento, acero, y vidrio.
Despierto en una caja,
de cemento, acero, y vidrio.

A mis costados hay otros seres,
detrás de las paredes,
de cemento, acero, y vidrio.
Arriba hay otros más,
sobre el techo,
de cemento, acero, y vidrio.
Y abajo también hay otros,
debajo del piso,
de cemento, acero, y vidrio.

Por estos vidrios veo cajas,
de cemento, acero, y vidrio.
Donde también habitan seres,
dentro de cemento, acero, y vidrio.

Hasta el horizonte diviso cajas,
de cemento, acero, y vidrio.
Calculo miles de seres,
y solo veo cemento, acero, y vidrio.

Estoy a metros de algún par,
y no tengo forma de sentirlo.
Estoy rodeado de humanidad,
que no es consciente de que existo.

Toda conexión es interferida,
por la trama de cemento, acero, y vidrio.
Toda esperanza de comunión es destruida,
por lo tuyo y lo mío.

Así es nuestra civilización,
de lo tuyo y lo mío.
Es el imperio de las cajas,
de cemento, acero, y vidrio.

Así es nuestra religión,
de lo tuyo y lo mío.
Que nos convirtió en cajas
de cemento, acero, y vidrio.

De las cajas salen cajas,
de cemento, acero, y vidrio,
que interactúan con cajas,
de cemento, acero, y vidrio.

Nuestra humanidad vive escondida,
entre tanto cemento, acero, y vidrio.
Nuestra hermandad casi perdida,
por la interferencia de lo tuyo y lo mío.

Basta una caricia, una mirada,
para vislumbrar el paraíso perdido.
Basta un beso, un abrazo,
para arrancarnos de este infierno compartido.

Bastan esos momentos fugaces,
para evadirnos de ese lento suicidio,
de vivir atrapados entre tanto,
cemento, acero, y vidrio.

Basta estar despierto,
a la belleza de lo vivo,
basta ser consciente,
que nada es tuyo ni mío.

Y todos ser una tribu,
de seres humanos,
de seres vivos.

Viviendo juntos,
en contacto,
en un afectuoso tejido.

Así solo los fósiles quedaran,
del imperio de lo tuyo y lo mío.
Tristes cajas abandonadas,
de cemento, acero, y vidrio.

Servirán de señal a quienes vendrán,
de que nunca más deberán,
humanidad y hermandad encerrar,
en cajas de cemento, acero, y vidrio.

Donaciones

Imagina un mundo en el cual todos regalemos lo mejor que hacemos, y todos hagamos lo que más nos gusta hacer.

Luego, no solo imagínalo, sino que también, vive en él. Yo ya estoy allí, acompáñame.

Un abrazo,
Diego

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Un abrazo,
Diego